Una coyuntura de cambio en el escenario político nacional

Estamos asistiendo a un cambio de ciclo dentro del cambio de ciclo.

Podría decirse que el dramático y lamentable suicidio del exgeneral Odlanier Mena a pocas horas antes de ser trasladado a Punta Peuco por decisión del Presidente Sebastián Piñera, es un hecho que marca un punto de inflexión en el desarrollo de la campaña presidencial y en la relación entre el mundo militar y la coalición de derecha.

Dicho en otros términos, Evelyn Matthei ha comenzado a perder el tradicional "voto militar".

Esta coyuntura donde el tema de los Derechos Humanos, los 40 años y la recordación de la dictadura le ha estallado en la cara a la derecha, es un momento particularmente  importante para la decisión final de los electores indecisos.  La insólita, inoportuna y desafiante conferencia de prensa en TV de Manuel Contreras, el más importante represor y criminal en vida de la dictadura, ha caido como un balde de agua fría en la opinión pública, ha provocado una acelerada toma de conciencia e indignación de la gente y ha abierto un flanco político y electoral insospechado para la derecha (dentro de la derecha), en el gobierno y en la candidatura presidencial de la Alianza. 

Ahora en la derecha, todos tratan de escapar de cualquier relación que hayan tenido con la dictadura y sus criminales y resulta que el pinochetismo y la derecha más fascistoide le explota en la cara a la derecha (supuestamente) liberal, y esas voces fantasmales que nadie quiere escuchar en la UDI y RN vienen desde el interior de las carceles privilegiadas de los delincuentes ex-represores condenados.

Se trata de hacer una clara separación entre las instituciones de la Defensa Nacional o las Fuerzas Armadas, y este grupo de delincuentes condenados por la justicia y presos responsables de graves atentados y violaciones a los Derechos Humanos.

No podemos negar sin embargo, que ahora estarán juntos en una misma carcel, los ex-DINA con los ex-CNI, los que daban las ordenes y los que las ejecutaban, los que mandaban y los que obedecían.

Y cuando los ecos de las palabras del ex director de la DINA todavía no terminaban de oirse, el Presidente de la derecha les lanza a sus aliados el adjetivo insultante de "complices pasivos", dejando colgando en el aire la repulsiva idea de los "complices activos". 

Y para colmo de las malas coincidencias, el Presidente decide desalojar uno de los penales exclusivos para ex-militares (creados bajo Ricardo Lagos), uno de los ex-generales allí detenidos decide suicidarse y todos los medios de comunicación tienen enfocadas sus cámaras al inminente evento del traslado de 9 ex-represores de la dictadura, de una carcel-resort a otra carcel-resort, con la única diferencia que en Punta Peuco se encontrarán los que mandaban con los que ejecutaban...literalmente.  

La paradoja de un Presidente de derecha (acaso pensando en el 2017...), haciendo lo que no fueron capaces de hacer los Presidentes concertacionistas, pero que le estalla en la cara a la derecha y a su candidata.  Es cierto que, en esta materia, la Concertación no fue capaz de hacer lo que un Presidente de derecha ha hecho, pero los efectos de esta decisión le rebotan a la derecha y no a la Concertación, que ya no existe...además porque las condiciones de contexto político entre 2005 y 2013 han cambiado completamente.

Y la candidata de la derecha descolocada en su descolocación con este giro insospechado del escenario político, a un mes y medio de la elección, no puede menos que aprobar la decisión tomada por Sebastian Piñera, "echandose al hombro" a su vez a una buena parte del anterior apoyo electoral de la "familia militar".   Nadie podría ahora imaginarse a los exmilitares votando por la candidata que declara que "si hubiera sido Presidenta habría hecho lo mismo que decidió el Presidente Piñera..."

El suicidio de Odlanier Mena y el traslado de los exmilitares condenados a Punta Peuco, por decisión de Piñera, marca un punto de inflexión en la campaña presidencial de la derecha.   Evelyn Matthei ha comenzado a perder ese tradicional "voto militar" que se inclinaba por los candidatos de la UDI y de la derecha, comenzando por esa "minoría dentro de la minoría" llamada pinochetismo.

Cada uno de los eventos políticos más importantes del mes de septiembre, le han quitado votos a la derecha y por lo tanto, la perspectiva de un desplazamiento del electorado de derecha hacia otros candidatos presidenciales y de un triunfo de la Nueva Mayoría en primera vuelta presidencial, en las parlamentarias y en las elecciones de consejeros regionales, se abre como una posibilidad.

Manuel Luis Rodríguez U.