La opinología, es una práctica cada vez más habitual en los
medios de comunicación nacional y local.
En el ámbito de la farándula, esto no tiene nada de
especial, ya que es desde esa actividad esencialmente comercial, desde donde se
ha desarrollado y no tienen mayor trascendencia que la que le atribuyen, quienes gustan de ese
mundo. Lamentablemente cosa similar
ocurre en el deporte y la cultura, en donde los comentarios especializados y
los análisis profundos, realizados por especialistas en la materia son cada vez
más escasos.
Sin embargo cuando entramos al terreno político, el asunto
es particularmente más preocupante, ya que las opiniones políticas difundidas
profusamente por medios de comunicación nacionales y locales, influyen en la
construcción de la realidad.
Esta realidad, entendida como la sumatoria de los hechos,
noticias y opiniones que los ciudadanos recogen diariamente y que sin duda
condicionan su posible opinión propia y finalmente su opción de voto o en
muchos casos su decisión de abstenerse de participar con su sufragio en los
procesos eleccionarios, es cada vez más manipulada por sectores interesados.
Entonces, es preciso entender que en política, hoy debemos
hacer esfuerzos por elevar el nivel del debate público, para transitar desde la
opinión liviana e irresponsable, conocida como opinología, a un análisis más
profundo basado en los ejes fundamentales que las políticas de los diversos
partidos definen.
Hay un sector político al que no se le puede exigir que eleve este análisis, dado
que en esencia, la principal política a implementar es la del ocultamiento de
sus reales intenciones, sobre la base de la instalación de slogans ambiguos y
campañas publicitarias millonarias, que
buscan vestir al lobo con piel de oveja. Este sector es la derecha chilena y
sus aliados independientes, sumados a algunos expertos en camuflaje político
que pululan en la centro izquierda.
Quienes no pueden abstenerse de este esfuerzo, son los
sectores conocidos como progresistas y en particular la izquierda chilena, ya
que son estos partidos los llamados a definir políticas claras y ejes
fundamentales en materia de salud, educación, vivienda, trabajo, desarrollo
regional, etc…
Son los candidatos y candidatas de los partidos de
izquierda, los llamados a instalar el análisis político que supere largamente
las opiniones huérfanas, las buenas ideas que no son más que eso, buenas ideas,
ya que carecen de sustento.
Es importante hacer notar cual es la diferencia entre solitarios candidatos que saben que no va a
ganar y que en consecuencia pueden ser todo lo irresponsables que quieran a la
hora de la opinología, en contraposición a quienes construyen políticas en
función del interés de las mayorías de la mano de un correcto análisis del
momento político nacional.
En definitiva es preciso saber cómo cuando y con quienes
pretendemos avanzar en las transformaciones que la sociedad demanda. Eso
requiere análisis y acuerdos reales. Lo otro es sólo opinología.
Dirigente Sindical.
Candidato al CORE por Magallanes.
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