Comparto este extraordinario discurso del Presidente de la República Oriental del Uruguay José Mujica en la Asamblea General de Naciones Unidas, ayer martes 24 de septiembre de 2013.
Reproducimos del portal de la Presidencia del Uruguay: "El
Presidente de la República de Uruguay, José Mujica habló en la 68º Asamblea
General de Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos). Comenzó su
discurso aludiendo a su procedencia del sur y describió brevemente al
Uruguay, su evolución y su resurgimiento en el mundo globalizado,
“aprendiendo del dolor”. Recordó rápidamente su historia personal, como
la de un muchacho que quiso cambiar su época y su mundo, con errores que
asume pero que son hijos de su tiempo. Dijo no mirar hacia atrás porque
“el hoy real surgió en las cenizas fértiles del ayer”.
Cuenta regresiva contra la naturaleza.
Mujica
aseguró que es posible un mundo con una humanidad mejor, pero insistió
en que la primera tarea es salvar la vida. Dijo que carga con los
millones de compatriotas pobres de América Latina, con las consecuencias
de la vigilancia electrónica que solo siembra desconfianza y envenena,
con la deuda social y con el deber de luchar por una patria para todos.
Carga con el deber de luchar por la tolerancia para con aquellos que son
distintos. “La tolerancia es el fundamento de poder convivir en paz y
entendiendo que en el mundo somos diferentes”, enfatizó.
Insistió
en el combate a la economía sucia, al narcotráfico, a la corrupción,
las que definió como “plagas contemporáneas”, y al “antivalor” de
creernos más felices si nos enriquecemos a cualquier precio.
“Parecería
que nacimos solo para consumir, y cuando no podemos, cargamos con
frustración, pobreza y autoexclusión”. En este sentido, sostuvo que
nuestra civilización montó un “desafío mentiroso”, porque entiende
imposible colmar el sentido de despilfarro que se le dio a la vida, que
se masifica como cultura de acumulación y mercado. Lo considera una
cuenta regresiva contra la naturaleza y contra el futuro. Dijo que esta
civilización atenta contra la naturaleza y contra las relaciones
humanas: el amor, la amistad, la familia y la solidaridad, así como
contra el tiempo libre. “Aturdidos huimos de nuestra biología que
defiende a la vida misma, y la suplantamos por el consumismo funcional a
la acumulación”, insistió. Criticó las campañas de marketing y la
incidencia sobre los niños para tener el territorio asegurado en el
futuro.
Ciencia, alta política y la necesidad de reglas globales.
El
mandatario habló de la crisis como “la impotencia de la política”,
incapaz de entender que la humanidad no se escapa del sentimiento de
nación, “que está incrustado en nuestro código genético”. Dijo que es
tiempo de empezar a batallar para preparar un mundo sin fronteras. “La
economía globalizada no tiene otros intereses que el privado y cada
estado nacional mira su estabilidad continuista. El capitalismo
productivo está prisionero en la caja de los grandes bancos”.
En
esta línea, Mujica afirmó que el mundo requiere reglas globales que
respeten los logros de la ciencia, pero recordó que no es la ciencia la
que gobierna el mundo. Dijo que es necesaria una larga agenda de
definiciones. “Sería imperioso lograr grandes consensos para desatar
solidaridad hacia los más oprimidos, castigar impositivamente el
despilfarro y la especulación. Movilizar las grandes economías no para
crear descartables sino bienes útiles sin frivolidades, ni
obsolescencias calculadas; para ayudar al mundo pobre. Mucho más
redituable que hacer guerras, es volcar un Neokeynesianismo útil de
escala planetaria para abolir las vergüenzas más flagrantes del Mundo”.
"Ni
los Estados Nacionales Grandes, ni las trasnacionales y mucho menos el
Sistema Financiero, deberían gobernar el Mundo Humano. Sí
la alta política entrelazada con la sabiduría científica. Esa Ciencia
que no apetece el lucro, pero que mira sino el porvenir y que dice cosas
que no antendemos", agregó Mujica.
Revolución sin conducción y el sentido de República.
Asimismo,
Mujica entiende que la “crisis ecológica” es consecuencia del triunfo
de la ambición humana. “Ese es nuestro triunfo y nuestra derrota”.
“Entramos en otra época pero con políticos, atavíos culturales,
partidos y jóvenes todos viejos”, inermes “ante la pavorosa acumulación
de cambios”. “No podemos manejar la globalización porque nuestro
pensamiento no es global”, añadió. “Nuestra época es portentosamente
revolucionaria, como no conoció otra la humanidad, pero sin conducción
consciente, ni simplemente instintiva”.
Aludió
a la codicia, la misma que empujó el progreso científico y adelantos en
muchos frentes, que ahora nos precipita a un abismo, “a una historia
que no conocemos, a una época sin historia”. Aseguró que nos resulta
imposible colectivizar decisiones globales. “La codicia individual
triunfó largamente sobre la codicia superior de la especie”, insistió.
Mujica
recordó que en occidente las repúblicas nacieron para afirmar que los
hombres somos iguales, que nadie es más que nadie, que sus gobiernos
deberían representar el bien común, la justicia y la equidad, pero
muchas veces las repúblicas se deforman y caen en el olvido de la gente
corriente, dijo. “Se deben a las mayorías y a luchar por la promoción de
ellas”, agregó. De todas formas entiende que “los gobiernos
republicanos deberían parecerse cada vez más a sus respectivos pueblos
en la forma de vivir y de comprometerse con la vida”. El mandatario
entiende que son esos juegos los que nos retienen en la prehistoria, que
impide renunciar a la guerra cuando la política fracasa.
“Este
proceso del que no podemos salir es ciego, asegura odio y fanatismo,
desconfianza, es fuente de nuevas guerras y derroche de fortunas”. De
todas formas reconoció que es fácil autocriticarnos nacionalmente y
sería inocente plantear el ahorro de estos recursos para gastarlos en
cosas más útiles.
Las instituciones mundiales y el chovinismo nacionalista.
Mujica
dijo que las instituciones mundiales “hoy vegetan a la sombra
consentida de las disidencias de las grandes naciones, que quieren
retener su cuota de poder y bloquean en los hechos a la ONU que fue
creada con una esperanza y con un sueño de paz para la humanidad”.
Aseguró que la desarraigan de la democracia, en el sentido planetario.
Criticó
el nacionalismo chovinista de las grandes potencias, donde la fuerza
liberadora de los débiles —como lo era el nacionalismo— se transforma en
una herramienta opresora en las manos de los fuertes.
En
este contexto, “la ONU languidece, se burocratiza por falta de poder y
autonomía, de reconocimiento de democracia hacia el mundo más débil que
es la mayoría aplastante del planeta”, insistió.
Cambio cultural y defensa de la vida.
Mujica
ratificó su voluntad de ayudar para que el hombre salga de la
prehistoria, para que “archive la guerra como recurso, cuando la
política fracasa”. Habló de una larga marcha y un enorme desafío por
delante, que implica luchar por una agenda de acuerdos mundiales que
empiecen a gobernar nuestra historia y a superar las amenazas a la vida.
“La especie como tal debería tener un gobierno para la humanidad que
supere el individualismo y bregue por recrear cabezas políticas que
acudan al camino de la ciencia y no solo a los intereses inmediatos que
nos gobiernan y ahogan. Hay que entender que los indigentes del mundo
son de la humanidad toda”. Entiende que existen los recursos necesarios
para que estos se desarrollen, los mismos que se pierden en el
despilfarro de la civilización.
Apeló
a la necesidad de desarrollar un cambio cultural para defender la vida.
“Con talento, con trabajo colectivo, con ciencia, el hombre es capaz de
transformar en verde a los desiertos, puede llevar la agricultura al
mar, puede crear vegetales que vivan con agua salada. La fuerza de la
humanidad concentrada en lo esencial es inconmensurable, allí están las
más portentosas fuentes de energía.
Es
posible arrancar de cuajo toda la indigencia del planeta y crear
estabilidad, y será posible a generaciones venideras si logran empezar a
razonar como especie e individuo, y llevar la vida a la galaxia y
seguir el sueño conquistador que los humanos llevamos en la genética".
Para ello debemos gobernarnos a nosotros mismos; "la humanidad necesita
gobernarse como especie o de lo contrario sucumbirá". agregó.
Mujica
cerró su discurso en Naciones Unidas —a donde concurrió acompañado del
canciller, Luis Almagro; el prosecretario de la Presidencia, Diego
Cánepa; el jefe de la Misión ante la ONU, José Luis Cancela, y el
embajador en Estados Unidos, Carlos Pita— haciendo una defensa a la
vida. Recordó que es un milagro y que tenemos el deber biológico de
respetarla, cuidarla e impulsarla."
Este discurso nos interpreta completamente. Vea y descargue aquí la versión Youtube:
http://youtu.be/MbbZU3NNKUE
Texto en versión PDF:
http://medios.presidencia.gub.uy/jm_portal/2013/noticias/NO_K727/Desgrabacion_24092013.pdf