Aunque los sectores más conservadores de nuestra sociedad se nieguen a reconocerlo, el debate en torno a la crisis de las AFP (crisis de credibilidad y de legitimidad), es un debate profundamente ideológico porque se refiere a uno de los mecanismos centrales del sistema neoliberal de dominación y uno de los fundamentos conceptuales del modelo de desarrollo actualmente vigente en Chile.
Esta mañana escribimos en el Twitter:
"Las AFP son el nudo principal del sistema económico de acumulación y de lucro abusivo en grave perjuicio de los que trabajan."
En este momento en Chile asistimos a una coyuntura política y social en que ocurre una acelerada toma de conciencia colectiva acerca de las enormes ganancias de las AFP, Administradoras de Fondos de Pensiones en brutal contraste con las exiguas pensiones que terminan recibiendo los trabajadores al término de su vida laboral.
Cuando nos enteramos que las empresas e instituciones públicas (como las Municipalidades y corporaciones municipales) en Chile mantienen una gigantesca deuda previsional, porque descuentan la cotización obligatoria de los sueldos de los trabajadores, pero no enteran dichos dineros en la AFP, constatamos entonces que aquí se produce un doble robo legalizado: por un lado, las empresas se apropian del dinero ajeno de sus trabajadores (apropiación indebida), además del robo inicial que resulta de la plusvalía que obtienen del trabajo asalariado, y por el otro lado, las AFP lucran a destajo con dineros ajenos y entregan al final del proceso pensiones miserables e indignas.
O sea, te roban mientras trabajas y ahorras y te roban cuando dejas de trabajar. Te roban porque trabajas y te roban porque te jubilas. Dicho en términos de la vida laboral de un trabajador: le obligan a cotizar para que le roben las AFP mientras trabaja, le roba el empresario a través de su sueldo y de sus cotizaciones impagas y le termina robando la AFP a la hora de jubilarse pagando una pensión mínima, aunque a lo largo de esos 30 ó 40 años, la misma AFP haya lucrado sin contrapeso.
¡Con razón el propio Paul Krugman, Premio Nobel de Economía (y que de socialista o de comunista no tiene ni una pizca), afirmaba que "gracias a Dios que en Estados Unidos no copiamos el sistema de AFP de Chile"! Aunque bien sabemos que el sistema de AFP no lo inventó ningún dios, sino un pequeño grupo de ideólogos "civiles" de ultraderecha chilenos cuando gobernaban con la dictadura militar... Y lógicamente este embudo expropiatorio de las AFP fue creado solo para los civiles, porque los militares siguen funcionando con el viejo y denostado sistema estatal de pensiones, financiado por todos los chilenos.
Si crece día a día el número de los chilenos que toman conciencia de estas verdades, eso se refleja en que los afiliados (o afilados), buscan refugiarse dentro de un multifondo menos "riesgoso" como el Fondo E, donde apenas se aseguran que cada trabajador va a perder menos, pero donde consigue también que la AFP gane menos. En este esquema de despojo legalizado, una AFP estatal sería como una gota de lluvia en el océano Pacífico, como que ahora se sumaría al Estado al mecanismo de expoliación de las pensiones, lo que es un contrasentido.
En el gigantesco embudo de las AFP, entran por la parte ancha los miles de millones de pesos extraídos del trabajo de más de 9 millones de trabajadores afiliados y salen por la parte angosta, las pensiones exiguas que conocemos.
Las AFP constituyen el corazón del sistema económico y financiero chileno porque opera como un mercado cautivo y obligatorio de más de 9 millones de cotizantes, porque permite extraer inmensas sumas de dinero producto del trabajo ajeno y permite reproducir ganancias estratosféricas y plusvalía a través de las inversiones y maniobras especulativas y bursátiles que se hacen con el dinero de todos los que trabajan. Y el sistema de las AFP funciona encadenado con un Estado subsidiario que lo avala, lo legaliza y lo mantiene.
El dinero y los capitales de las AFP nutre a la bolsa de comercio, a la banca, a lo que queda de industria, a la actividad comercial y a la especulación.
El dinero y los capitales de las AFP nutre a la bolsa de comercio, a la banca, a lo que queda de industria, a la actividad comercial y a la especulación.
Es la plusvalía más fácil y rentable y el "negocio más redondo" de todo el el sistema económico chileno actual: usted trabaja, ellos te obligan a cotizar (o sea te extraen una parte de tu sueldo) y ellos mismos se lucran con el fruto de tu trabajo.
Manuel Luis Rodríguez U.
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