El voto ciudadano en las primarias presidenciales

El próximo domingo 30 de junio las primarias presidenciales de la oposición representan un acto político de responsabilidad ciudadana.   

Tienen perfecta legitimidad, en una democracia que se tiene que perfeccionar y completar, el que haya quienes no quieran votar o prefieran mantenerse al margen de una elección primaria.  La virtud del ejercicio democrático consiste precisamente en que el derecho a discrepar se encuentra con el derecho a proponer.

Desde nuestra tribuna de COYUNTURAPOLÍTICA, sin verdades absolutas, sin dobles interpretaciones y sin exclusiones ni prejuicios, nos pronunciamos por invitar y convocar a los ciudadanos y ciudadanas que concurran a votar en la primaria presidencial de la oposición, como un acto consciente de deber cívico y de compromiso con una perspectiva de cambios que surgen desde los movimientos sociales y ciudadanos, desde la demanda de los trabajadores por una nueva institucionalidad laboral, el fin de las AFP, una educación pública gratuita universal y de calidad y una reforma tributaria verdadera.

El neoliberalismo en Chile ha entrado en crisis y en su fase declinante, en un tiempo donde han hecho crisis y han quedado al desnudo los fundamentos conceptuales de este "modelo" de desarrollo y del Estado subsidiario, basado en la perpetuación de la desigualdad, en el abuso generalizado y en el lucro indiscriminado en todos los aspectos de la vida social y económica.

Porque la mayoría de los ciudadanos reclaman una nueva Constitución y una mejor democracia, las primarias presidenciales de una Nueva Mayoría son parte de un proceso de construcción de una perspectiva de cambios, son parte de un esfuerzo colectivo legítimo para impulsar transformaciones políticas, sociales y económicas de fondo, mediante una mayoría social y política que se exprese en el Congreso Nacional y que se traduzca en un programa avanzado de cambios.   Al dar por superada la Concertación, la nueva combinación de actores políticos, entra en un nuevo ciclo del proceso político y social en nuestro país, a partir de un programa único y de una mayoría parlamentaria consistente.

Las mayorías no obedecen automáticamente ni resultan del voluntarismo de unos pocos: son el fruto de numerosos esfuerzos colectivos, articulados tras una meta común y compartida: abrir las compuertas a un proceso de cambios que transformen este Estado, este modelo de desarrollo y este sistema político y electoral, ejerciendo plenamente todas las herramientas de la democracia y fortaleciendo la convivencia cívica y la participación.

Esa construcción política y social, se enfrenta a las tentativas de la derecha, no funciona como cheques en blanco y requiere de todos los componentes del espectro político que impulsan los cambios en el Chile del presente.  Esta nueva mayoría que está comenzando a surgir hacia el futuro, necesita de la izquierda, del centro político y del progresismo, como un arco amplio de convergencias que apunte a desalojar electoral y políticamente a la derecha del Poder Ejecutivo.

El voto ciudadano en las primarias presidenciales de la oposición, apunta y se fundamenta en esta orientación política y programática.

Así lo entiendo yo: es mi opinión.

Manuel Luis Rodríguez U.