El sentido profundo de las demandas y reivindicaciones de los movimientos sociales y ciudadanos en el Chile actual, es el de expresar un doble malestar: la molestia y la indignación de no haberse respondido a numerosas deudas históricas en el pasado (durante los gobiernos concertacionistas) y el hartazgo de asistir hoy bajo este gobierno a políticas gubernamentales neoliberales que tienden a consolidar el mismo modelo de dominación y de abuso que ha imperado desde hace 40 años.
Nadie puede desconocer que la orientación neoliberal de este gobierno de la derecha, en muchos aspectos no es más que la continuidad extrema de la misma orientación neoliberal seguida globalmente por los gobiernos concertacionistas.
Los movimientos sociales y ciudadanos de los recientes años -estudiantes por la educación pública y la desmunicipalización, ciudadanos contra los numerosos mega-proyectos dañinos al medio ambiente: (Valle del Huasco, Isla Riesco, Freirina), contra el centralismo (Aysén, Magallanes, Calama), contra la discriminación y el abuso lucrativo (universidades privadas, farmacias, Isapres, AFP), contra la desnacionalización de los recursos naturales (cobre, litio, gas natural, pesca, agua)- no son el resultado del capricho de "unos cuantos dirigentes" ni son el monopolio de un partido o sector político, sino que reflejan un estado social masivo de malestar contra el sistema de dominación, contra la desigualdad social, económica, cultural y territorial provocada por la extrema riqueza de unos pocos y la extrema pobreza de muchos, contra un Estado subsidiario que abandona a las regiones, a las comunas y a los ciudadanos a la voracidad y el abuso del mercado.
La ciudadanía ya entiende que cuando escuchan hablar de privatización, de desregulación, de racionalización, de tercerización, de flexibilización, quiere decir que van a subir los precios, los intereses, las tarifas, las comisiones, y bajarán los sueldos y el poder adquisitivo de los que producen la riqueza, o sea de los que trabajan.
A no perderse entonces a la hora de imaginar un futuro gobierno post-Piñera como un gratuito "cheque en blanco" para que se sigan profundizando los abusos, el lucro y las desigualdades de este sistema neoliberal, porque serán los movimientos sociales y ciudadanas los que seguirán golpeando puertas, reclamando soluciones, exigiendo información, denunciando injusticias que vive el pueblo. Porque una nueva mayoría social y política se construye con los movimientos sociales y las fuerzas políticas que impulsan los cambios, o los movimientos sociales construirán sus propias mayorías. Porque si los cambios que la mayoría de la ciudadanía reclama no se hacen, serán esos mismos movimientos sociales y ciudadanos los que exigirán y seguirán exigiendo y produciendo esos cambios.
Manuel Luis Rodríguez U.
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