La derecha, en estos 3 insufribles años de gobierno, ha marcado un logro poco recomendable y que va a quedar escrito como un grave hecho negativo en los anales del mundo conservador del país: ha agravado el sistemático y contínuo deterioro del servicio público en Chile. No es un fenómeno nuevo, con la aplicación de las políticas neoliberales en la administración del Estado desde los decenios anteriores, pero se ha agravado desde 2010 en adelante.
Esta derecha evidentemente carece de un concepto de servicio público y de la función pública, porque su idea del Estado se origina en una ideología neoliberal que entiende el aparato público como un mercado más.
Esta derecha evidentemente carece de un concepto de servicio público y de la función pública, porque su idea del Estado se origina en una ideología neoliberal que entiende el aparato público como un mercado más.
Las denuncias públicas y reiteradas de la ANEF, de la Mesa del Sector Público y de la CUT se vienen repitiendo periódicamente en esta materia.
No solo han destruido la imagen y afectado gravemente la credibilidad de numerosos servicios públicos, INE, Ministerio de Desarrollo Social, Impuestos Internos, CONADI, INTEGRA, SENAME, Ministerio de Educación, Consejo de la Cultura, Ministerio del Interior (y la lista continúa...), han vaciado el concepto y el principio de la Alta Dirección Pública; han despedido descaradamente y en forma arbitraria a más de 14.000 funcionarios públicos para hacer espacio a sus propios operadores políticos (transitorios, porque el 10 de marzo de 2014 cambiará el elenco del poder), sino que ambos partidos de la coalición gobernante, han conseguido convertir la campaña presidencial en un triste y pobre reality, bajando y subiendo precandidatos y candidatos como quién cambia productos y marcas en la estantería de un supermercado.
Manuel Luis Rodríguez U.
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