Chile enfrenta una encrucijada cuya solución
definirá su destino como país. El debate sobre reforma constitucional,
nueva Constitución, y fórmulas como plebiscito y asamblea constituyente,
así lo demuestra.
Las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2013 pueden y deben
ser una instancia para que el país enfrente el debate sobre estas
cuestiones que son el telón de fondo de los problemas que enfrenta
nuestro sistema político, económico y social. No podemos obviar que, a
diferencia de periodos anteriores, estas elecciones han sido precedidas
por un fuerte proceso de movilización y una crisis de representación
política aun más aguda que en otras ocasiones. En el año 2011, la
magnitud de las movilizaciones sociales asombró a Chile e incluso al
resto del mundo.
Chile necesita una nueva Constitución que surja de la voluntad
popular y de un proceso constituyente institucional que sea plenamente
democrático. No basta con reformas que, si bien pueden mejorar algunos
aspectos, no se basan en la soberanía del pueblo, generan una ilusión
de legitimidad que oculta tanto su origen como el resguardo de un orden
socio económico injusto a través de un sistema político de resabios
autoritarios.
Hemos pasado casi un cuarto de siglo de democracia con una
Constitución heredada de una dictadura. Es urgente reparar este déficit
fundamental de la transición chilena que constituye una deuda con las
futuras generaciones.
Los abajo firmantes hemos suscrito un Manifiesto con una propuesta y llamado muy precisos. Se
trata de movilizar al país en torno a una reforma constitucional que
permita un plebiscito, en el cual el pueblo se manifieste respecto del
cambio o la mantención de la actual Constitución. En el caso que el
resultado sea favorable al cambio, deberá dictarse una ley que convoque a
una instancia, una Asamblea Constituyente nos parece la más adecuada,
garantizando su representatividad social,
cultural, regional, política, étnica y de género, para la redacción de una nueva Constitución.
cultural, regional, política, étnica y de género, para la redacción de una nueva Constitución.
Quienes participen en ésta no debieran postularse en las siguientes
elecciones de representación popular. La nueva Constitución deberá ser
ratificada por la ciudadanía en un nuevo referéndum.
Más allá de las diferencias que existan sobre fórmulas concretas y precisamente para llegar a un consenso en esta materia, queremos ayudar a generar un gran debate nacional. Llamamos a la ciudadanía a movilizarse por estas demandas, a los medios de comunicación a abrir los espacios necesarios para este debate, a las organizaciones sociales y partidos políticos a definir su posición al respecto, a los actuales y futuros parlamentarios a aprobar las reformas necesarias para permitir este proceso y a los candidatos presidenciales a poner el tema de un Plebiscito para una nueva Constitución como un elemento central y prioritario de sus programas.
Lea el texto completo del Manifiesto:
http://issuu.com/nuevarepublica/docs/manifiesto_plebiscito_para_una_nueva_constituci_n_
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