Nuestra mirada y postura ante una Nueva Constitución Política del Estado de Chile.
1.-Los miembros de los distintos Pueblos Naciones
Originarias, suscribimos el presente manifiesto a favor de una nueva
Constitución Política de la Republica de Chile, que sea reconocida
realmente como legítima, democrática, plurinacional e intercultural en
las relaciones entre quienes cohabitamos éste territorio.
2.-Manifestamos que, no obstante de ser Pueblo-Naciones
pre-existentes al Estado de Chile, nuestros antepasados no tuvieron
ninguna participación en su formación, pese a que el Estado se erigió
sobre nuestros territorios y se consolidó con nuestros recursos
naturales.
3.-Desde los albores de la República de Chile y en todas las cartas
constitucionales que han regido históricamente los destinos de este
país, nuestros Pueblos- Naciones Originarias han sido invisibilizados,
excluidos, marginados de las esferas del poder y de la participación
política, conculcados en nuestros derechos humanos fundamentales y
negados de la posibilidad de ejercer nuestros derechos históricos de
autodeterminación en tanto colectivos culturalmente diferenciados, lo
que junto al despojo territorial y de sus recursos naturales,
constituyen la deuda histórica reconocida por los diversos gobiernos en
las últimas décadas.
4.-Recordamos que nuestros antepasados jamás renunciaron a algún
derecho en tanto entidades culturalmente diferenciadas y quienes somos
sus continuadores y formamos parte de los Pueblos – Naciones Indígenas
tampoco hemos realizado acto alguno que signifique una renuncia a ello.
En consecuencia, nuestros derechos como Pueblo-Nación, se mantienen
intactos.
Reafirmando lo anterior, hoy nuestros Pueblos-Naciones reivindican
nuestros derechos históricos y exhortan al Estado de Chile a implementar
los derechos colectivos reconocidos en el derecho internacional, y a
remover los obstáculos para el disfrute pleno de nuestros derechos y
libertades fundamentales, en especial, aquellos reconocidos en la
Declaración de ONU 2007 sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
5.-Concordamos con el Pueblo de Chile, que la actual Constitución
Política del Estado tiene un origen ilegítimo, nacido de una dictadura
militar, en un contexto en que las libertades públicas se encontraban
seriamente limitadas por un estado de sitio y que, sin embargo, ha
seguido vigente por más de 30 años. No obstante de las modificaciones
realizadas en las últimas décadas para darle legitimidad y carácter
democrático, ello no ha sido posible, pues en su esencia radican las
desigualdades sociales y exclusiones que hoy la sociedad civil y los
Pueblos Naciones Originarias reclamamos.
6.-Durante la vigencia de la actual Constitución Política del
Estado se ha hecho evidente que el carácter subsidiario del Estado y la
ideología de un modelo neoliberal que abraza y protege, violenta nuestra
vida social, económica, política, cultural y religiosa; pone en riesgo
nuestros territorios y nuestra supervivencia como Pueblos-Nación
culturalmente diferenciados al negar nuestra existencia y otorgar más
derechos al capital que a los pueblos y personas humanas. Así, la actual
Constitución Política de la República, herencia de la dictadura
militar, no protege ni garantiza nuestros derechos humanos colectivos y
conlleva a la degradación del medio ambiente, de la naturaleza y de
nuestra madre tierra.
7.-Compartimos con los movimientos sociales, que desean la
construcción de un país más justo e incluyente, que el actual sistema
político no está cumpliendo con su tarea fundamental de resolver los
distintos problemas y demandas de los pueblos y la ciudadanía, y ello ha
sido uno de los motivos de las distintas movilizaciones de los Pueblos –
Naciones Indígenas en las últimas décadas y del movimiento social en
los años posteriores. Ponemos de relieve y compartimos además la
preocupación por la grave crisis de representatividad y de confianza que
hoy existen en instituciones como el Congreso Nacional y el Ejecutivo.
8.-Los firmantes de éste manifiesto tenemos la firme convicción que
la soberanía radica en los Pueblos, que de ella deriva el derecho a la
autodeterminación y que en virtud del ejercicio de este derecho los
Pueblos y Naciones somos libres para determinar nuestro propio
desarrollo político, económico, social y cultural, así como para
elaborar y suscribir pactos políticos que dirijan nuestros destinos
comunes.
Constatamos que la actual Constitución Política del Estado, no solo
niega al pueblo chileno el derecho a auto determinarse, en tanto le
priva de mecanismos para ejercer ese derecho, sino que además, es un
obstáculo para el ejercicio a la autodeterminación de los Pueblos
Indígenas y de sus legítimos derechos ancestrales sobre sus territorios y
culturas.
9.-Los Pueblos – Naciones Indígenas tenemos la certeza de que
compartimos un destino común con el Pueblo de Chile, y que a más de 200
años de la formación del Estado y de su política mono-nacional,
mono-cultural y mono-lingüe, es excluyente y atropella los derechos de
nuestros Pueblos- Naciones Indígenas. En los albores del siglo XXI es
posible rectificar y reparar las violaciones a nuestros derechos
mediante la participación en un pie de igualdad en la elaboración de un
pacto social, legítimo, democrático y plurinacional e intercultural, que
reconozca y garantice nuestros derechos colectivos, políticos,
territoriales, lingüísticos, económicos, sociales y culturales.
10.-Reafirmamos que la legitimidad de una nueva Constitución
Política de la República de Chile, para que sea inclusiva y democrática,
requiere de la representación y participación activa de nuestros
Pueblos Naciones Originarias y la incorporación de nuestros derechos
colectivos en el texto constitucional en los términos y alcance
expresados en el Derecho Internacional, de protección de los derechos
humanos de los Pueblos Indígenas.
En ese sentido manifestamos firmemente que una fórmula
constitucional que no considere nuestra participación activa, por
ejemplo, en una Asamblea Constituyente o en cualquier otro proceso de
reforma, será ilegítimo ante nosotros si no se incluyen las
representaciones de nuestros Pueblos y Naciones originarias en el debate
nacional y no se constitucionalizan nuestros derechos colectivos.
11.-Tenemos la certeza que una nueva Constitución Política del
Estado debe ser el fruto del acuerdo de todos los integrantes de la
comunidad nacional y garantía de respeto de los derechos de todos. Que
la inclusión de nuestros derechos como Pueblos-Naciones Originarias en
la carta fundamental afirma la democracia, el respeto de los derechos
humanos y la convivencia pacífica entre los pueblos. Un Estado
Democrático y moderno, propio del siglo XXI, debe ser el espacio donde
quepan todos los colores y todas las voces, sin exclusiones.
12.-Los miembros de los Pueblos-Naciones Originarias firmantes,
manifestamos que seremos coadyuvante activo de toda iniciativa que tenga
por objeto movilizar y buscar acuerdos en torno a una nueva
Constitución Política que rija los destinos de este país, nacida de la
voluntad de los pueblos, que exprese la voluntad popular y en especial,
por medio de una Asamblea Constituyente.
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