Desde siempre, la izquierda ha luchado por el cambio del sistema
binominal y por la conquista de un sistema proporcional, en el marco de
transformaciones de fondo del sistema político e institucional. Siempre
hemos encontrado la oposición cerrada de la derecha para otorgar los
quórum necesarios. Hoy nos encontramos ante dos propuestas de reforma
electoral, una formulada por senadores de la DC, el PPD, el PS y
Renovación Nacional, y otra como respuesta a esta, de parte de la UDI,
un sector de RN y avalada por el gobierno, también supuestamente para
reformar el sistema electoral binominal.
Ninguna de las dos
propuestas termina con el sistema binominal para elegir a los senadores.
En todo caso, aparece más avanzada la primera propuesta que contempla,
en el caso de los diputados, distritos que eligen de tres a ocho
diputados, estableciendo una elección más próxima a la proporcionalidad,
lo que podría constituir un paso adelante en la representatividad en la
Cámara de Diputados. Es nuestra convicción que el aumento de
parlamentarios no debiera involucrar un mayor gasto en el Congreso, pues
el financiamiento se puede obtener como resultado de la rebaja del
sueldo de los diputados en el porcentaje necesario.
No
obstante, pensamos que será necesaria una reflexión en profundidad
respecto a esta propuesta, previo a que se comprometa nuestro respaldo
en el Parlamento. Nos parece que es una insuficiencia que debe ser
corregida la permanencia del binominalismo en el Senado, lo que afecta a
todo el sistema legislativo. Además, se plantea que es una reforma que
empezaría a regir solo el año 2018.
Nos parece que una vez
aprobada una reforma electoral que efectivamente termine con el
binominalismo, se debiera disolver el Parlamento y realizar de
inmediato la elección con el nuevo sistema.
Tampoco se abordan
otros aspectos relevantes en términos democráticos, como la reposición
de lo que establecía la Constitución de 1925, en el sentido de solo
exigir, para el caso de reformas constitucionales, la mayoría absoluta
de los diputados y senadores en ejercicio: si esta reforma no se
incluye, se mantiene el permanente veto de la derecha a propuestas
democratizadoras.
Hemos conocido declaraciones del senador de
RN Francisco Chahuán, respecto a que esta iniciativa termina la
pretensión “populista” de instalar una Asamblea Constituyente, para
cambiar la actual Constitución, apoyadas en el mismo sentido por el
senador Patricio Walker. Al respecto, manifestamos categóricamente que
una nueva Carta Fundamental, democrática en su origen y contenidos, es
una necesidad política para el pleno ejercicio de la democracia y de la
soberanía popular en el país. En este sentido, compartimos lo señalado
por la candidata presidencial de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, y
esperamos que este objetivo programático se mantenga con mucha claridad.
En todo caso, aparece como positivo que el solo anuncio del cambio de
La Constitución, lleve a que partidos políticos de derecha, que se han
negado sistemáticamente a cambiar el sistema electoral binominal, estén
ahora, con carácter de urgencia, proponiendo su reforma.
El
imperativo de un cambio democrático de la institucionalidad no se agota
en un cambio del sistema binominal, e incluso este último desafío no
termina con la reforma que ahora se propone. Por ello nos opondremos a
cualquier pretensión de intentar transformar este proyecto de reforma al
sistema binominal en una maniobra para tratar de evitar la
materialización de la demanda de la ciudadanía por una nueva
Constitución.
Victor Osorio Guillermo Teillier
Presidente Izquierda Ciudadana Presidente Partido Comunista
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