El fracaso de la negociación opositora de la coalición Nueva Mayoría y la decisión de la UDI de no participar en las primarias parlamentarias legales del 30 de junio, dejó instalada una duda más que razonable en este nobel mecanismo de consulta y decisión democrática.
Unos y otros ahora comienzan a desandar el camino recorrido y, en el caso de la coalición opositora, se aprestan a realizar primarias convencionales, es decir, procesos electorales organizados e implementados por los propios partidos y candidaturas, cuya fecha más probable es el 28 de julio.
La anterior Concertación ha tenido una experiencia probada en hacer primarias tanto presidenciales como municipales y por lo tanto, la tarea ahora de la coalición opositora Nueva Mayoría se traslada a los distritos donde hay más de dos candidatos efectivamente en competencia y donde debe dirimirse a los dos candidatos que llegarán a la papeleta el 17 de noviembre.
Pero también, y dado el estado de la opinión y el ambiente político y social de movilización, indudablemente que estas primarias convencionales de la oposición será un ejercicio real de prueba para la militancia de los partidos políticos, para las redes de influencia social, política y territorial de los líderes locales, para movilizar a los electores al 28 de julio, fecha estimada como la más probable de dichas primarias.
El concepto principal que parece prevalecer en la coalición Nueva Mayoría es que -debiendo ser dos los parlamentarios a elegirse en los comicios del 17 de noviembre- en aquellos distritos donde sólo hayan dos candidatos en competencia dentro del pacto opositor, no debiera efectuarse primarias y que, por el contrario, allí donde hayan 3 o más candidatos en competencia, sí se efectúen primarias.
Pero también, y dado el estado de la opinión y el ambiente político y social de movilización, indudablemente que estas primarias convencionales de la oposición será un ejercicio real de prueba para la militancia de los partidos políticos, para las redes de influencia social, política y territorial de los líderes locales, para movilizar a los electores al 28 de julio, fecha estimada como la más probable de dichas primarias.
En este escenario de incertidumbre previsible, los cambios son lo permanente y la estabilidad es lo raro.
Manuel Luis Rodríguez U.
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